PROLOGO

Hay días en los que uno se despierta de buen animo y otros en los que no. Así sucede para todo el mundo y hay diversas teorías sobre este hecho. Así también ocurre para los personajes de nuestras historias favoritas. Seguro uno no se puede poner a pensar en ello. Pero el caso es que así tambien es para ellos.
Dragonlance es un caso especial en este sentido, los personajes que nacieron de esas viejas sesiones de rol de esa ya clásica campaña de Hickman y Weis, demostraron que tenían vida propia, atrajeron a muchos escritores, jugadores, productores y geeks alrededor del mundo, mostrando que tenían vida propia, que trascendían el estar en un papel, para vivir en un mundo que entrelazaba los mundos de miles de personas en diferentes condiciones. Y si, a veces se levantaban de malas pulgas.

Fue así como un día un dios de esas tierras que incluían Ansalon, dejo escapar un soplido sobre un secreto que todos presentíamos, Krynn es mas que Ansalon. Parece obvio, pero luego vino la pregunta: entonces que hay mas allá?

Taladas, muy pocos lo conocen porque una cosa es saber un nombre pero conocer es haberlo vivido, o al menos así es con Taladas. Tienes que haber vivido en sus islas, tienes que haber visto sus criaturas, tienes que haber hablado con un minotauro de La Liga, solo hasta entonces comenzaras a conocer a Taladas.

Así fue como nació esta historia. Podias venir de tu amado Ansalon, pero como en la historia, solo eras un niño, tenias que crecer, tenias que ver el mundo, no solo lo que creías que era el mundo. Entonces, tu personaje también pudo tener malos días. Un hechicero frente a un rival de tres metros se enfrenta cuerpo a cuerpo, mal día. Tu Arquero Arcano moria y tu llorabas, olvidando la magia de resurrección, mal día. Te parabas frente a un Dragón de Fuego con tu espada y el bicho te arrancaba la espada con brazo y todo. Mal día. O sencillamente tu compañero dragón moría. Pésimo día.

Pero asi mismo, se contruia la historia, se creaban mas lazos, y al final se habia hecho algo de lo que se puede hablar en las noches con los demas. Se habia hecho una gran historia.

Y ahora era hora de regresar, de dejar que volvieran los días en los que los personajes se levantaban de buenas y de malas. Era tiempo de llevar la gran historia a la leyenda.